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Pronunciamiento de la Parroquia San Andrés Apóstol de San Andrés Larráinzar, frente al asesinato del Padre Marcelo

Pronunciamiento de la Parroquia de San Andrés Apóstol.
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

21 de octubre de 2024
 

Hermanos y hermanas:

Ayer 20 de octubre, nos enteramos con profundo dolor e indignación del asesinato de nuestro hermano el Padre Marcelo Pérez Pérez, originario de este pueblo maya-tsotsil. Ante este hecho, el pueblo creyente y todos los que conformamos la Parroquia de San Andrés Apóstol, condenamos de la manera más enérgica este vil asesinato perpetrado por grupos de la delincuencia organizada.

Asimismo, rechazamos todo intento de difamación sobre su trabajo pastoral y su labor de defensa de los derechos humanos.

Este hecho no es un caso aislado, al padre Marcelo lo mataron por su compromiso con el pueblo de Dios más desfavorecido, y por su labor de defensa de los derechos humanos ante la violencia generalizada que padecemos en Chiapas y México.

Al padre Marcelo lo mataron por ser un mediador, promotor y constructor de paz en Chiapas.

Al padre Marcelo lo mataron por haber denunciado las injusticias en nuestros pueblos, por haber alzado la voz contra la violencia perpetrada por el crimen organizado y por el Estado mexicano.

Al padre Marcelo lo mataron por acompañar las luchas y resistencias de nuestros pueblos, por denunciar la criminalización a la que hemos sido objeto los pueblos indígenas, los despojos de nuestros territorios, los desplazamientos forzados, los encarcelamientos injustos y los asesinatos.

Al padre Marcelo lo mataron por ser un profeta quien optó siempre por los pobres.

El Estado mexicano también es responsable de este crimen por su omisión ante la creciente violencia y por no atender de manera eficiente las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Exigimos una investigación exhaustiva y eficaz para que haya justicia y verdad por este asesinato de nuestro hermano y sacerdote Marcelo Pérez Pérez.

Así también, hacemos un llamado al Estado mexicano para que asuma su responsabilidad de actuar y de detener la violencia y todo el sufrimiento que está provocando en nuestros pueblos.

El padre Marcelo no está muerto, está y estará siempre con nosotros en nuestro caminar de la iglesia y también en nuestras luchas.

Hoy que lloramos su partida, lo despedimos con profundo dolor, pero con una gran esperanza de un mejor mañana.

¡Viva el Padre Marcelo!
¡Viva el Padre Marcelo!
¡Viva el Padre Marcelo!