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Defensoras de Derechos Humanos, compromiso indiscutible

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Fray Bartolomé de Las Casas, A.C.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. 09 de marzo de 2015

 

Defensoras de Derechos Humanos, compromiso indiscutible*

Hoy en día en Chiapas, en México, las mujeres afrontan condiciones de extraordinaria vulneración a sus derechos humanos y garantías constitucionales, no sólo al no reconocerles sus derechos básicos y obstaculizar el acceso a la justicia cuando acuden a denunciar, sino también por ser objeto de agresiones cotidianas derivadas por patrones de cultura patriacarcal y machista.

De manera particular muchas de estas mujeres que se constituyen como Defensoras de Derechos Humanos, al actuar de manera congruente exigiendo sus derechos en plena integralidad, afrontan los riesgos que supone actúar contra las condiciones políticas y sociales que ahondan las diferencias de clase, etnia y género.

En Chiapas, desde el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC (Frayba), hemos dado testimonio de mujeres que han enfrentado la ocupación militar de sus territorios, sobrevivido a operativos policíacos, encarcelamiento injusto, desplazamiento forzado, negligencia de autoridades, discriminación, descalificación de sus acciones, violencia en distintas modalidades, represión y muerte. Ellas, han aportado a los procesos de transformación social con sus conocimientos, experiencias y acciones, de manera decidida en la defensa y ejercicio de los derechos humanos desde sus pueblos y organizaciones.

Quizás por ello el Estado, a través de la guerra contrainsurgente en Chiapas, ha focalizado a las mujeres como foco de la represión a modo de inhibir la acción social lacerando profundamente el significado de “dadoras de vida” que representan para la comunidad. Por señalar algunos ejemplos de estos crímenes de Estado que permanecen en impunidad recordamos que el 22 de Diciembre de 1997, 33 mujeres, niñas, madres y abuelas fueron masacradas junto con sus hermanos, padres y compañeros en la comunidad de Acteal, Municipio de Chenalhó; en ese contexto, también documentamos, entre 1995 y 1999, desaparición forzada y la ejecución de 12 mujeres en la zona norte de Chiapas, algunas de ellas son Minerva Pérez, Guadalupe, María, Hermelinda, Gabriela, Celina, Brígida y María Rebeca; nombres que la historia oficial niega pero que viven en la memoria histórica de nuestros pueblos.

La guerra se evidencia también en la situación precaria en la que aún se encuentran miles de familias que sufren el desplazamiento forzado. Mujeres y hombres apartados de sus hogares, expuestos al hambre y la violencia, en algunos casos presionados por las autoridades para regresar a sus lugares de origen sin que existan verdaderas condiciones de seguridad para su retorno, tal como lo han denunciado mujeres sobrevivientes en distintos foros públicos.

En sintonía con la implementación de las políticas neoliberales a nivel global, en Chiapas el gobierno de Manuel Velasco Coello da continudidad a estas políticas consigndas en el Plan Nacional de Desarrollo y sus recientes reformas estructurales; a pesar de las recomendaciones de la segunda ronda del Exámen Periodico Universal (EPU) hacia México, no hay mecanismos para que estas recomendaciones sean retomadas en las entidades federativas y en los municipios, que es en donde se comenten el mayor número de violaciones a los derechos humanos por reunir condiciones de violencia estructural como pobreza, discriminación, impunidad, corrupción y complicidad.

De tal forma hemos dado cuenta de como la criminalización de la protesta social se distingue por ser un mecanismo empleado por el Estado, no sólo para controlar sino para castigar expresiones de la ciudadanía en ejercicio y/o reivindicación de sus derechos. Una de las características del gobierno de la República y del estado de Chiapas, es que la mayoría de las inconformidades sociales o políticas se llevan a la arena judicial. Se encarcela y somete a proceso penal a las líderes o participantes de movimientos y protestas sociales, quienes entonces deben concentrar sus energías en defenderse de dichas acusaciones. Es leer el descontento social desde la óptica del código penal.

Donde hay una protesta, el Estado verá un delito consumado o en vías de consumación, y caracterizará a las personas como delincuentes y a su organización como una asociación ilícita o enemiga, desestabilizadora de la paz social y del estado de derecho. Es criminalizar, despolitizar, des-historiar, sacar de contexto a los conflictos sociales y políticos; es llevarlos al campo jurídico apostando al desgaste de los actores sociales descontentos con el actuar del Estado, lo que agrava el descontento aún más.

Es en este contexto, en donde el trabajo de las y los defensores de derechos humanos se vuelve incomodo, molesto y el poder utiliza sus herramientas para agredir, asesinar, detener, deslegitimar el trabajo y criminalizar el trabajo de estos hombres y mujeres que desde diferentes espacios trabajan por la defensa de los derechos humanos.

Además es importante subrayar que las acciones locales de defensa de derechos humanos no se pueden entender sin el aporte de las y los promotores comunitarios de derechos humanos. En Chiapas, ellas y ellos juegan un papel primordial en sus comunidades para generar espacios de transformación positiva de conflictos, de crear espacios mas justos entre hombres y mujeres y la madre tierra. Su trabajo es muchas veces callado, discreto, poco valorado, sobre todo por instancias del Estado, que no les reconoce su papel como defensoras y defensores de derechos humanos.

Por ello como defensoras de derechos humanos creemos que la paz será posible cuando todas podamos exigir el disfrute de nuestros derechos y libertades sin temor a la violencia, cuando la labor de mujeres y hombres en defensa de la dignidad humana sea reconocida como un aporte sustancial y necesario para la maduración de nuestras democracias, la concreción de nuestros anhelos de libertad que hagan universal, lo que ya es posible, un mundo justo y digno.

Víctor Hugo López Rodríguez Director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC

* Artículo que forma parte del Informe “Defensoras Somos Todas” publicado por la CidhMor.

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